Me gustaría explicar de qué hablo cuando empleo la expresión; «tienda mas o menos femenina», pues es un concepto que he utilizado en algunos de mis post, pero sobre el que no he tenido la oportunidad de concretar.
La base de la cuestión, es que para mi no es un término contrapuesto a masculino, sino el resultado de conseguir un balance entre ambos y que hoy no existe en muchas tiendas, secciones o categorías.
La mujer, no forma parte equilibrada de la ecuación a la hora de poner en escena el producto y menos, obviamente, cuanto mas masculino se supone que es este; tecnología, motor, bricolaje. El comercio en grandes superficies ha tendido a ser en su manera de presentar, mas masculino, pues uno de los comportamientos que se asocia al hombre, a la hora de comprar, es que es directo y pierde menos tiempo.
Algunas marcas, como también he comentado en otras ocasiones, se han dado cuenta que tienen en la mujer un cliente olvidado, y en consecuencia, están queriendo introducir algunos cambios para conseguir dar un mordisco a esa tarta. Estos cambios están basados en la idea de lo que parece demostrado, es decir, las mujeres se comportan de modo distinto ante el mismo estímulo o situación. Por supuesto, estas diferencias son en algunos casos bastante menores que las que existen dentro del propio grupo de hombres o mujeres, pero se habla de promedio, aun a sabiendas de que ese cliente medio no existe.
A mi modo de entender, se trata de un circulo vicioso que comienza implantando el producto de una forma masculina porque el estereotipo dice que el comprador lo es, en consecuencia es comprado mayoritariamente por hombre y así sucesivamente.
Por ejemplo, no es que se piense de manera generalizada que una buena exposición favorece la compra, sino que se asocia con un comportamiento mas de mujer que de hombre y por tanto, se empleará sobre todo en los productos «típicamente» femeninos. Y cuando el producto es «típicamente» de hombre, no se le añadirán artificios, por que al fin y al cabo, el promedio de cliente hombre, no lo necesita .
Con esto quiero decir que cuando estoy pensando en el diseño de una tienda, a saber; el circuito, los productos que están juntos, los que están cercanos, la luz, color, el olor y todos y cada uno de los elementos que la componen, busco favorecer al máximo la experiencia de compra. Por tanto, la primera aproximación es tratar de ser coherente y emplear el sentido común, mas allá de la variable hombre-mujer.
A partir de aquí, trabajamos en añadir cada detalle; iluminación, recorrido, marketing olfativo, escenificación, etc, en todas las secciones y para que unos y otros se sientan atraídos y no excluidos. Si se llega a un resultado de una tienda mas agradable desde el punto de vista femenino, quizá quiera decir, que hasta hoy estábamos mas preocupados del cuanto y no del cómo. Así que por mi, bienvenido sea.