UN DíA DE FURIA O EL PRECIO JUSTO DE LAS COSAS

Igual no es políticamente correcto, pero cuando vi la película (Un día de furia) me vinieron a la cabeza unas cuantas situaciones de mi vida, unas ligeras y otras no tanto, en las que estuve en un «tris» de montar un buen número y quedarme bien a gusto.

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No, si ya sé que no vale la pena, o sí … porque, ¿quién no ha tenido alguna o algunas situaciones en las que estuvo al límite de la «comprensión» ?, ¿quién no ha tenido que soportar la tomadura de pelo de alguien, aun a sabiendas de que así era? Y estando así, quién no ha sentido la tentación de ponerse en versión Michael Douglas y decir, que no, que no me vas a vacilar, que hoy me toca a mí…

Pues hace unos días viví esa situación. Fue probablemente con una tontería, e incluso ya había pasado antes por ella, pero fue esta vez la que me hizo pensar en el tema.

El caso es que me  compré tres entradas para el cine. Algo de una tarjeta con descuento, me permitió un precio inferior al habitual. En resumidas cuentas,  7,50€ cada entrada y allá que nos fuimos. Estaba feliz con el precio, a fin y al cabo el cine es un servicio que se ha convertido en cierto lujo para las familias y todo lo que sea ahorrar, es un éxito.  Era un viernes y no había prácticamente nadie,( por que será). Habíamos cenado, pero ya sabéis que eso no es óbice para no hacerle hueco a unas chucherías o palomitas. Pues voy a comprarlas; .- Una de tamaño mediano por favor.

No pregunté el precio, tu sabes que por unas palomitas, en principio, no tienes que pedir prestamos, ni pagos fraccionados. Le di 10 euros y me devolvió 4,50€. Ya en el momento, noté que había recibido poca «aleación» de vuelta y por supuesto ningún billete, y con cierta cara de gil.. me metí las monedas en el bolsillo.

Una vez sentado, mientras ponían los anuncios previos a la película, volví a sacar el dinero, mas que nada  para ver si,  por lo que fuera, me habían dado como cambio una moneda pequeña de plata, pero no, tenía 4,50€, ni un céntimo mas. Fue entonces… en ese momento, cuando me vino Michael a la cabeza y me dije;  bajo y tiro la máquina de palomitas del mostrador y le digo que me meta en un saco la cantidad que realmente corresponde a 5,50 € euros de maíz inflado!!.

Pero no, no lo hice, me comí unas pocas palomitas pensando que quizá en el fondo vendría un premio de un sueldo para toda la vida, o al menos una máquina para traerlas hechas de casa.

Lo que si he hecho, es investigar un poco, y he decidido comprar un saco de 50 kilos de maíz para palomitas. Un maíz dulce y por lo que parece, ideal para este menester. Con pequeñas diferencias, el precio ronda los 80 euros. Si no me salen mal las cuentas y siendo generoso, la ración del cine pesaría unos 200 gramos, lo que quiere decir que con el saco de maíz que he comprado podría preparar unas 250 raciones. Claro que como soy un poco inexperto y además es mas que probable que me coma unas cuantas en el proceso, solo voy a vender realmente 200 raciones.

Ya os veo haciendo las cuentas. Efectivamente, 1100 € de caja. Restando los 80€ del saco de maíz, me quedan 1010€. No os voy aburrir haciendo mas escandallo de costes, porque ni metiendo un porcentaje de la deuda de Grecia, esto tiene sentido. Tengo que tumbar la calculadora del Iphone para que salga el número completo del margen obtenido.

Puede ser la situación en la que vivimos. donde no dejamos de descubrir cada día empresas de cartón piedra, politicos corruptos, y basura basura y mas basura, pero estoy sensible. Sé bien que esto es un todo, que puede que para poder mantener el cine abierto, bla, bla……. y que las palomitas son un ejemplo, quizá hasta malo, pero ¿cuando vamos a empezar a pagar por las cosas el precio realmente justo?.

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3 comentarios en “UN DíA DE FURIA O EL PRECIO JUSTO DE LAS COSAS

  1. Jose Enrique López dice:

    En artículos de primera necesidad se puede hablar de un precio justo. En algún momento podemos necesitarlos inevitablemente y su precio debería estar supervisado. Por ejemplo, y a riesgo de ser apedreado por decirlo, habían 7 alimentos básicos en época de Franco que lo estaban. Pero el resto es una libre opción del mercado. Lo único que se puede decir es que los precios deben estar visibles, con IVA incluido, los productos deben responder a las características descritas, sus ingredientes especificados y garantizados,… pero cada uno tienen derecho a poner sus precios. Aunque se pudiese alegar que el cine, por ser una forma de expresión cultural, debería subvencionarse (y en Europa lo está de sobra), desde luego las palomitas no entran dentro de esa lógica.

    1. Óscar Álvarez Francisco dice:

      Tengo claro de que éste es el argumento de quién le pone precio a estos productos. No son primera necesidad, afortunadamente y, por supuesto que tengo la elección de no comprar, si no ya estaríamos hablando de atraco a mano armada. No dudo que hablar de un precio justo en cualquier producto o servicio sea difícil, incluso en los de primera necesidad, pero la honestidad en los negocios suele tener una vida más larga que el quererse aprovechar de los clientes, independientemente de que cada uno puede hacer con su empresa o actividad lo que mejor le parezca.
      Gracias por tu comentario Jose.
      Un saludo

  2. Isabel Andrade dice:

    Cuando yo era pequeña y la única opción de ver una película era ir al cine, o que tuvieras la suerte de que la echaran en uno de los dos canales de televisión; las palomitas en la sala tenían su precio justo.
    Ahora, teniendo en cuenta que la mayoría de los míticos cines de aquella época han tenido que cerrar gracias a que cualquiera se puede descargar una película en su móvil sin pagar un duro, lógicamente se intenta compensar esa perdida de ingresos inflando el precio de las palomitas. A mi también me parece un robo, muchas veces he pagado más por las palomitas que por la propia entrada…pero si lo piensas, no estás pagando las palomitas sino la supervivencia de alguno de los pocos cines que quedan, y que por desgracia y viendo el aforo de las salas en los últimos años, acabarán desapareciendo como los de la calle Gran Vía de Madrid.
    Gracias por tu blog, es siempre muy interesante.

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