BE CREATIVE. NO HAGAS ESO, HAZ LO CONTRARIO.

Hace unos días, en una charla, el ponente nos contaba que quería hacer un nuevo planteamiento estratégico en su empresa. Hasta aquí todo mas o menos normal, digo mas o menos, por que el plantear un cambio, ya es un soplo de aire fresco en estos momentos tan «estáticos» que vivimos. Pero el planteamiento era algo mas que un cambio sencillo, era «disruptivo», un término que proviene de una palabra inglesa, y cuyo significado, a mas de uno pone los pelos de punta nada mas oírlo: ruptura brusca.

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Si las cosas no van muy bien, después de revisar que estamos realizando lo que teníamos planteado, toca reinventarse. Si esto, en una situación en la que el mercado responde de manera razonable ya es complicado, en recesión o con un crecimiento mínimo, no queda otra que ser rupturistas.

El caso es que, el ponente en cuestión, nos decía que para que su propuesta pudiera tener algún viso de salir adelante, tenía que hacer como si viniera de fuera. Y no se porqué, me da la sensación de que esto le suena a mas de uno. ¿Que lo que dice el «especialista» de fuera, aunque sea exactamente lo mismo, tiene mas credibilidad que lo que dice el que lleva cinco años trabajando sobre ello?. Tan real como la vida misma. Y no solo eso, ese mismo «especialista», una vez dentro de la compañía, puede sufrir un retroceso horizontal y hacia atrás, igual a su numero de años de experiencia.

Aun así, hay que ser disruptivos, ser atrevidos y romper esquemas. Quizá haya que dar mas de una vuelta para convencer a los que se aferran al modelo tradicional y a pesar de que ven que todo a su alrededor está cambiando, siguen en sus trece de estructuras y sistemas poco ágiles, que no solo provocan fricciones permanentes con equipos muy silenciosos y aparentemente disciplinados, sino que acaba haciendo que haya muy pocos verdaderamente implicados en el negocio.

Ruptura es no tener miedo a cambiar los esquemas, el de; «es que esto no lo habíamos hecho así», «es que esto aquí se hace de esta otra manera». Es hacer algo que no se había hecho antes y que puede ser interesante para el negocio, aunque a primera vista represente un impacto y existan los miedos lógicos de lo que puede representar un cambio de rumbo, por mas que el destino siga siendo el mismo.

No es que haya una receta para ser disruptivo, pero a quien le toca pensar en ello debería hacerlo saliéndose de los renglones marcados, mejor una hoja en blanco que pautada, mejor mirando hacia fuera que solo hacia dentro, mejor pensando en equipo que individualmente. Puede ser aprovechar los medios disponibles para dar otros servicios, vender productos que no se habían vendido antes, nuevos mercados, nuevos paises, cambio de modelo de negocio, se trata sobre todo de no conformarse y de hacer si cuadra, lo contrario a lo que estaba previsto, si en ello hay un mínimo atisbo de éxito.

Ejemplos hay mil, algunos incluso cuando aparecen, aparentan tan simples, que uno se pregunta como es que no se nos había ocurrido. Venta a bordo de un avión, música o televisión bajo demanda, lineales virtuales en el metro, da igual lo que sea, si no se había hecho antes o incluso si hacerlo representa que un sector se tiene que plantear cerrar.

Pero claro, como en la opinión no había de ser diferente, que lo diga yo, no es lo mismo que lo diga alguien fuera de toda sospecha. Albert Einstein decía textualmente;

images«No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar «superado».
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta mas a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafios, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.»

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