Cuando escribo de tiendas, de ideas, experimentos, cabeceras, lineales y las mil y una variables del negocio, siempre estoy pensando en las personas. Conviene decirlo, y mas ahora que los tiempos aprietan. Conviene recordar quienes son los que hacen girar la rueda. Hoy quiero escribir sobre sus Jef@s , los Jef@s de los que se dejan el pellejo cada día, tratando de hacer las cosas mejor y creedme, puede tener muchas formas, pero todos tenemos uno.
Los Oscar están cerca y me voy a poner un poco cinéfilo. Aunque no soy precisamente un gran admirador de Pedro Almodovar, si sé reconocer que pocos como él han sido capaces de representar la realidad marginal, lo malo, lo corrupto. Es español y bien reconocido allende los mares, así que lo voy a utilizar como hilo conductor en este post.
Yo he de decir que he tenido mucha suerte con mis jefes, la mayoría gente razonable, algunos buenos y unos pocos, muy buenos. Además, he sido dirigido por mujeres en cuatro ocasiones y han sido, por muchas razones, las mejores.
Pero como muchos de vosotros, también los he tenido malos y muy malos y sinceramente, teniendo en cuenta las horas que dedicamos al trabajo, es un trago complicado de asimilar.
Si tienes esa mala suerte y te ha tocado, aunque parezca que sea como vivir “Entre tinieblas”, no te desesperes, casi todo en la vida se mueve por ciclos. Dice el refrán que no hay mal que cien años dure. Aun así, es muy probable que haya días que aflojes y te preguntes ¿Qué he hecho yo para merecer esto?. En realidad no has hecho nada, es pura lotería.
Una de las habilidades del mal jefe es provocar esa sensación de malestar, de duda sobre uno mismo, porque con esa duda, generan miedo y en el miedo tienen las de ganar.
Conoces bien cual es tu dedicación, tu esfuerzo, pero no sabes si es por “La mala educación” o porque demonios, pero tu jefe convierte cada día en un día “Matador”.
Hay que estar muy concentrado para poder superar estas situaciones, concentrado en lo que uno debe hacer y no tanto en que va a pasar, si te vas a equivocar, si no vas a llegar, si..
Aun así, muchos días estás tranquil@ y de repente oyes “ Tacones lejanos” y tu corazón se acelera, se te pone la “Carne Trémula” y piensas; ahí viene, vaya cara que trae, qué pasará hoy, qué tendré que hacer, qué tendré que repetir.
Respira hondo, es solo trabajo, tienes que ser inteligente. No es que se trate de decir “Atame” y haz de lo que quieras, solamente ser agua, dejar que fluya a tu alrededor. Ya, ya se que a tu alrededor no hay mas que “ Mujeres al borde de un ataque de nervios” o de hombres, pero tienes que conseguir aislarte. Tienes que decir esta es “ La piel que habito”, yo me conozco y no me va a derrotar.
A veces no puedes evitar pensar en “Kika”, no pega un palo al agua, dirías incluso que no está a la altura, pero a tu jefe le parece sensacional, se ríen juntos, y dices; no lo entiendo, será que son amigos . Olvídalo, piensa en positivo; al menos, !!es capaz de reírse¡¡.
Y es que no pasa nada, se list@ dejal@ que “ Hable con ella”, es mejor así, estará content@, y si tu tienes que estar con “Pepi, Luci y Bon y otr@s chicas del montón”, pues sin problema, pasarás mas desapercibid@.
Es verdad, algunas veces tendrás que pelear contigo mism@ en un “ Laberinto de pasiones” y tragarte la lengua para no decirle “ Todo sobre mi madre”, bueno sobre la de él. Vuelve a ti, reflexiona y piensa; esta será “ La flor de mi secreto”, nunca sabrás si te odio o te quiero, puedo sucumbir a la “ Ley del deseo”, del deseo de mandarle a tomar viento y dejarle ahí tirado.
Abraham Lincoln decía; “No me gusta ese hombre, debo conocerle mejor”. Haz el esfuerzo, quizá le ayude a él también.
No te preocupes, se paciente, llegará el momento de los “Abrazos rotos”, pero mientras tanto, cárgate de energía, haz lo que sabes hacer y trabaja con el corazón, que mañana tienes que “Volver”.
Genial …. das mucha energía con tus palabras…. un abrazo!
Muchas gracias Paula!!