Como muchos que nos dedicamos a esto del «mercadeo», ayer decidí cambiar mi lugar habitual de compra, cosa que suelo hacer de vez en cuando, con el objeto de descubrir y experimentar que es lo que están haciendo unos y otros, ya sea como movimiento natural de su negocio o para capear el temporal.
Hace unos años, bastantes, teniendo en cuenta que todo se puede torcer en muy poco tiempo, una buena parte de nuestro trabajo se reservaba a la gestión de las azafatas, las demostraciones o degustaciones, como se prefiera. La tienda hervía de actividad, recuerdo incluso que, entre los clientes, se comentaba que en tal lugar, ademas de hacer la compra, podías salir «merendado», por la cantidad de productos que había para probar.
Aunque tímidamente, l@s demostrad@r@s están saliendo de los «cajones» de los jef@s de sección y se está poniendo en práctica aquella idea tan vieja de; » lo que no se ofrece no se vende», y al mismo tiempo, están animando unos pasillos que parecían abandonados, con nada que decir.
Da igual si el modelo es con azafatas de proveedor como por ejemplo en Carrefour, o con el personal propio, como es el caso de Mercadona, la actitud es mas proactiva. Hay que despertar a los clientes, que con tanta mala noticia, esperan que les distraigan, les regalen, les inviten, para olvidarse un rato al menos de las penas y quizá con todo ello, echar en el carro, algo mas que no estaba previsto.
Y todo esto es genial, volver a los básicos es un ejercicio muy correcto, por que ahorra mucho tiempo de trabajo buscando nuevas recetas. No lo básico como simple, si no como pilar del negocio, aquellas cosas sin las cuales es mas que probable que tus resultados sean peores. Y como no siempre el que está puede «volver», para eso existen estupendos profesionales trabajando duro y formando en todas y cada unas de las cosas que han dado resultado siempre, pero que por una razón u otra, se dejaron de hacer.
Pero, si habéis leido algunos de mis post anteriores, ya sabréis que mi punto de vista sobre la mediana y gran superficie, en general, es que están en un cierto punto estático, quizá con toda la lógica, debido a que la situación puede invitar a que nos agazapemos, esperando mejores momentos.
Así es que yo, lo siento, pero me aburro, y cuando salía de la tienda, me vino a la cabeza la imagen del perro que acaba de salir de la piscina y se sacude el agua con un movimiento mecánico perfecto, que empieza por la cabeza y acaba en la cola. Eso quise hacer yo, para sacarme la sensación de ver siempre lo mismo.
Estoy seguro que ya no queda absolutamente nada que decir con respecto a la crisis que vivimos, porqué estamos aquí, donde nos lleva, la cinco claves para salir, las diez claves para vender mas, los diez errores que no hay que cometer, etc,etc, etc. Hay tanta gente con conocimiento y experiencia hablando del tema, que ya no parece que se pueda arrojar mucha luz .
A. Einstein decía que en tiempos de crisis, solo la imaginación es mas importante que el conocimiento. Parece entonces, que lo que nos hace falta es mucha mas imaginación y menos frenos, para poder salir de este periodo con el menor número de «bajas» posibles.
Hoy, con esta arma tan poderosa que es internet, puedes estar horas sorprendiéndote de la capacidad que tiene el ser humano para,(vamos a ser positivos), inventar cosas nuevas. Una imaginación portentosa que bulle en cientos de proyectos a lo largo de todo el mundo y que da lugar a ideas sorprendentes.
Ante esta capacidad sin límites, me persigue la pregunta de cómo las empresas pueden salir de sus sistemas organizativos tan cuadriculados, en donde la política comercial, organizativa, financiera cae de arriba abajo como un martillo pilón, de manera repetitiva y rara vez fluye hacia arriba.
Sin duda, cómo construir ese marco de participación será una de las claves del futuro. Y no es sencillo porque, obviamente, no se trata de adornar lo evidente con una tormenta de ideas en un seminario, o en no sé que proceso. No es fácil, porque ha poner en duda la organización tal y como la venimos pensando hasta hoy. Debe ser capaz de captar donde están quienes aportan y no tener reparos en premiar por encima de las jerarquías.
Se trata de crear un modelo de co-creación permanente, interno y externo, no solo para lanzar un producto o para poner en marcha una actividad concreta, sino para gestionar la empresa en cada uno de sus ámbitos.
Hace ya tiempo, leí en una marquesina, en la parada de un autobus, el lema de una compañía de telecomunicaciones; «none of us is as good as all of us», Mac Donald también lo ha hecho suyo y probablemente otros. Yo estoy seguro que es verdad, y quiero participar en que sea, cada vez mas, una realidad.
La imaginación la tenemos, solo hace falta el canal adecuado para poder ponerla en marcha.