Muy utilizada en la Edad Media y Moderna, “la patente de corso” fue un documento que los Monarcas, o algunas autoridades locales, entregaban a los propietarios de navíos mercantes, por el cual, se les permitía armarse y atacar buques enemigos. Así, bajo la protección de la bandera, asaltaban y saqueaban a todos aquellos que se cruzaban a su paso.
Su uso se hizo muy popular porque servía de control sobre esos mismos propietarios, a los que se les exigía, (solo la autoridad), una fuerte fianza en caso de que cometieran actos no propios de la marina. Al mismo tiempo, los países disponían de un ejercito sin tener que hacer mas inversiones en barcos, reclutar gente nueva, o comprar armamento.
Por otra parte, se utilizaba el doble rasero de apuntarse a los beneficios cuando los cosas salían bien o, si habían cometido cualquier fechoría, escudarse en que eran simples propietarios que actuaban por su cuenta y no representado a su país.
Con el paso del tiempo, cada vez hubo mas terratenientes que vieron en el corso una oportunidad única de hacer y deshacer a su antojo. Mientras tanto, la marina actuaba bajo el mando firme e inflexible del Monarca.
Precisamente por que algunas patentes estaban en blanco, y porque no pocos actuaban al margen de lo acordado, la línea entre el corso y el pirata siempre ha sido muy fina.
¿Tienen tus tiendas o departamentos, patente de corso?. ¿Actúan por su cuenta?, ¿tienen sus propias reglas y armamento?,¿pelean contra quien no es enemigo?.
Y tú ¿ Eres Marino, Corsario o Pirata?.
Muy divertido y con MUCHO significado para quien sepa leer entre líneas…
Gracias Gonzalo. Me pido Jack Sparrow, por lo menos algo me divertiré 😉