La crisis se lleva por delante todo lo que se mueve y aun mas rápido aquello que no se mueve o lo hace con dificultad. La duda que queda en estas situaciones es cuánto podríamos haber hecho antes. Como ya he dicho en otras ocasiones, qué de lo que nos está pasando es fruto de algo difícilmente medible y previsible y cuánto de no haberse preparado.
Hace ya muchos años que Pórtico abrió sus puertas en Vigo. Un modelo de negocio basado, sobre todo, en un producto original y con una buena relación calidad precio.
Desde hace unos meses busca financiación para salir de una situación crítica, las deudas le ahogan y no parece que los bancos quieran asumir riesgos. Mejor el dinero fácil. En fin, eso es otra historia, y el tiempo también pondrá esos modos de operar en su justa posición.
Hoy yo solo quería escribir sobre cómo, en un modelo de negocio aparentemente bien asentado, todo se puede torcer hasta poner en peligro la propia supervivencia de la empresa.
Cuando nacieron, la preocupación por el concepto tienda no parece que fuera muy alta. Poco mas que la agrupación de productos aprovechando la fisonomía del local. En ese momento, la novedad y los precios, en una área en donde no existían muchas opciones que pudieran competir, eran suficientes para generar tracción.
Desde entonces ha crecido rápido, Galicia, Madrid y Portugal y mas de treinta localizaciones en Latinoamerica. Especialmente señalable es el acuerdo con el Grupo Corte Inglés, para implantar «corners» en sus tiendas. El resultado de este acuerdo es algo que desconozco, aunque viendo el éxito de las últimas aperturas de Bricor, casi me apuraría a decir, que no ha sido el mejor momento. Si, desde el punto de vista de Pórtico, Bricor era la buena apuesta, es algo que depende mucho de cual era el posicionamiento que se pretendía. En mi opinión, con esta alianza se ha perdido valor de Marca.
El caso es que después de tantos años y de todos estos movimientos, si nos acercamos por una de las tiendas de Madrid, es como si el tiempo se hubiera parado en el interior.
Repasando algunos de los aspectos claves del negocio, yo diría que como poco es necesario un empujón. La rueda parece haberse atascado en algún punto. El circuito de tienda es claro que existe, pero no creo que los clientes lo perciban. La circulación es anárquica y nada de lo que se ve, invita a realizar un recorrido u otro. Esto puede ser un punto positivo, pero sobre todo cuando has asegurado que al menos se ha visto aquello que querías que se viera, máxime cuando parte del comercio es de impulso y sería bueno que tus clientes «picotearan». En cualquier caso, esto es algo que afecta dependiendo del tamaño y forma del local, y no conozco, ni mucho menos, todas las tiendas.
El precio sigue siendo razonable, solo que ahora la competición es doble. Primero por que la situación obliga a bajar mas los precios y segundo por que ya hay otros haciendo lo mismo. Si vendes lámparas a un km de Ikea o de «La Maison du Monde», algo deberás hacer para convencer a tus clientes. Visibilidad, promoción, interacción, cross-selling etc, en definitiva «acción», actividad.
Desde mi punto de vista a Pórtico le falta volver a reinventarse, darle a los clientes la sorpresa que dieron hace algunos años.
Si fuera sencillo, todas las empresas funcionarían sin problemas y y la crisis afectaría de forma exacta a todos, pero nunca sería como resultado de no hacer. Por eso, cuanto mas tiempo pasamos en esta situación de calma chicha, donde el mínimo dato positivo lo queremos emplear como punto para apoyar la palanca, mas pienso que cuando las cosas van bien, le dedicamos muy poco tiempo a pensar en que podríamos hacer si las cosas fueran peor.
El árbol ha crecido estupendamente y nos da unas excelentes naranjas, lo limpiamos en cada recogida, queremos disfrutar de ellas y no pensamos que quizá sería bueno plantar un peral, aunque le lleve unos años crecer, por si acaso un día el naranjo ya no da frutos, o a quien se las vendíamos, le apetece cambiar de postre.
Espero que Pórtico encuentre el camino para salir de esta y sepan dar con ese punto de reinvención, igual que lo hicieron en su momento.
¡Excelente artículo y mejor reflexión!
Desconocía esto que comentas sobre la situación financiera de Pórtico. Realmente me abruma y más conociendo los márgenes con los que se trabaja (o trabajaba) en la decoración, sobre todo la de importación.
Teníamos clientes compartidos en la zona de Huelva y Algarve portugués, y entristece escuchar como todo el sector se va descomponiendo.
Al hilo del tema central de tu artículo, es digno el ejemplo de «A loja do gato preto». Una empresa joven, portuguesa, cuyos dirigentes seguro que visitaron en más de una ocasión las tiendas de Pórtico al inicio de su actividad.
Desconozco la situación financiera de «A loja», pero un dato es esclarecedor; tienen subcontratada toda la cadena logística, desde almacenes centrales (almacenamiento, preparación de pedidos , importaciones…) hasta el envío a los punto de venta.
Por tanto no han invertido en monstruosas naves ni instalaciones costosas( aun pudiendo hacerlo); otros lo han hecho por ellos. Los altos márgenes conseguidos en épocas de bonanza los han invertido en producto y en desarrollar su concepto de marca a través de sus tiendas.
No obstante son momentos difíciles para todos los sectores, pero para el de la decoración, más, máxime con tantos operadores en juego.
Esperemos que todo mejore para Pórtico y no se vaya al traste esta gran empresa.
¡Seguimos en contacto!
Gracias Jaime, espero que encuentren la salida, lo han hecho bien, porque no tendrían que hacerlo de nuevo. Un saludo.